sábado, 23 de enero de 2021

VOLVIENDO A LA NIÑEZ, CON LÁPICES DE COLORES

 

Entrega nº 21

Los que quedan, DORMILÓN y MOCOSO

         La verdad que publicar hasta ahora dibujos de sólo cinco de los siete enanitos no me ha parecido bien, por lo que haciendo un poco de esfuerzo hoy os traigo los monos de los dos que faltan, que son Dormilón y Mocoso; aunque en más de una ocasión hablé de ellos y no siendo de los más importantes del grupo, creo que también tienen luz propia dentro de esta bonita historia.

         DORMILÓN es un personaje entrañable, que se pasa prácticamente casi todo el día durmiendo, sus bostezos son continuos  y pienso que hace poco.

         Sin embargo, cuando Blancanieves se esconde en su cabaña y la acogen, con sólo algunos “peros” de Gruñón, él no pone ninguna pega. Se alegra infinito de que se quede allí con ellos y no le importa que por la noche ocupe su cama. Cuando la Reina envenena a Blancanieves, Dormilón se espabila y persigue con los demás a la bruja, contemplando en aquella tenebrosa noche de viento, truenos y relámpagos como se despeña por un precipicio y cuando, finalmente, se libra del hechizo se alegra un montón.

         Es calmado y algo vago, porque siempre tiene sueño o está medio dormido; lo que no quita que a lo largo de la película, a veces, tiene sus aciertos.


        MOCOSO es un personaje verdaderamente encantador, siendo uno de los primeros en aceptar a Blancanieves en su hogar. Le ayuda, la protege y llora mucho cuando cree que ha muerto y al final se alegra, como todos, cuando queda libre del hechizo de la Reina, convertida en bruja.

         En la mina es el responsable de la madriguera.

         Mocoso casi pasa todo el tiempo estornudando, pero lo peor no es eso, sino que con cada uno de sus grandes estornudos ocasiona grandes destrozos; ya que sus inhalaciones son siempre fortísimas, hasta el punto de causar una corriente increíble que arrastra, sin exagerar, todo lo que encuentra a su paso e incluso a sus propios compañeros; por lo que todos estos siempre están pendientes de parar sus estornudos a la primera oportunidad.

         Así que a nadie le puede extrañar que se pase gran parte de su vida resoplando.



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