miércoles, 17 de abril de 2019

SOLEDADES


Miércoles, 17 de abril de 2019.
A 37 días…

LA SOLEDAD




     Con atrevido descaro de aprendiz de juglar, acostumbrado a hurtar, en la soledad de novel escritor, palabras de artistas genios de la literatura, comienzo este comentario de hoy, desde la querida atalaya de los alcores de El Viso, con una cuarteta del frecuentemente olvidado y tristemente desconocido para muchos hispanos, LOPE DE VEGA que, con su habitual y nunca igualada maestría en el uso de la escrita palabra, nos regala una acertada sentencia sobre el controvertido tema de la SOLEDAD, que dice así:

A MIS SOLEDADES VOY,
DE MIS SOLEDADES VENGO,
PORQUE PARA ANDAR CONMIGO,
ME BASTAN MIS PENSAMIENTOS.

     Cumplido trámite de comienzo y rogando a los dioses,   no me dejen SOLO y perdido entre las viajeras páginas de mis escritos diarios, me entretengo en descubrir significados de la palabra SOLEDAD: SOLEDAD es carencia de compañía. SOLEDAD es el estado o la circunstancia de estar solo. SOLEDAD es el pesar y la melancolía que se afinca en nuestros adentros por la ausencia o pérdida de una persona querida. SOLEDAD es el bonito nombre de cuatro importantes ciudades hispanoamericanas de Colombia, Honduras, México y Venezuela. SOLEDAD es una de las islas del tristemente célebre archipiélago de las Malvinas.

     Góngora y Antonio Machado, distanciados en el tiempo e igualados en la genialidad, escribieron brillantes poemas titulados SOLEDADES. Y para terminar este breve recorrido semántico por la escogida palabra SOLEDAD, ni puedo, ni quiero soslayar nuestra SOLEÁ, apócope musical y compendio de ricas y milenarias SOLEDADES flamencas.

     Todos los humanos, con aceptada y querida voluntariedad o sujetos por indeseadas imposiciones, gozamos y sufrimos SOLEDADES. Todos los humanos, desde la más tierna infancia a la vespertina ancianidad, estamos hechos a recibir y regalar SOLEDADES. Todos los humanos, con nuestros múltiples y variados cristales de mirar, nos agrupamos, en lo relativo a vivencias, de SOLEDADES, en bandos o grupos bien diferenciados. Bandos de acérrimos defensores y grupos de empedernidos detractores, junto a virtuosos cambiantes, seguidores de los términos medios, y colocados a mitad del camino de la bendición o de la maldición de la SOLEDAD. Sirvan algunos ejemplos de escogidas frases y sentencias populares, como botones de muestra de los citados agrupamientos. Los defensores, amigos y practicantes de la SOLEDAD, piensan, convencidos de los positivos valores de la misma, que: Todas las vidas triunfadoras amaron la SOLEDAD. Amamos la SOLEDAD, incluso cuando estamos solo. La SOLEDAD es el mejor patrimonio de las almas extraordinarias.

    La SOLEDAD ofrece a los hombres sabios una doble ventaja, estar consigo mismo y no estar con los demás. Los detractores, enemigos y alejados de la SOLEDAD, defienden que: La SOLEDAD es la alegre compañera de los tristes. La SOLEDAD sólo es hermosa, cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo. Por desgracia, para muchos humanos, la SOLEDAD es su única y mejor compañía. Los orgullosos vayan acostumbrándose a amar la SOLEDAD, ya que siempre terminan solos. Nadie aprende, nadie aspira, ni nadie puede enseñar a soportar la SOLEDAD. Llorar en soledad es fácil, pero resulta casi imposible reír solo. Las águilas vuelan solas, los cuervos en bandadas, los necios necesitan compañía y los sabios, SOLEDAD. Y terminan sus derrotistas alegatos, con una terrible sentencia: Un hombre solo, siempre está en mala compañía.

    Junto a los anteriores amigos y enemigos de las SOLEDADES conviven otros humanizados humanos que, colocados en el justo término medio, muestran cambiantes opiniones, actitudes y comportamientos sobre ellas y, en su saber ser y estar, comprenden y admiten la SOLEDAD como un atributo o querencia natural de los seres humanos. Estos, como los anteriores, tienen sus argumentos y piensan que: La SOLEDAD es un infierno para los que intentan salir de ella y es también, una felicidad para los que, voluntaria y conscientemente se refugian en ella. La SOLEDAD es para el alma, como la dieta es para el cuerpo, necesaria, pero si se alarga y dura tiempo, termina por matar. Cuando estemos solos, padeciendo o disfrutando de la SOLEDAD, dejémonos acompañar siempre por nobles pensamientos. La compañía es deseo y la SOLEDAD es sino.  Y termino este párrafo con las sabias palabras de Unamuno: La absoluta, la completa y la verdadera SOLEDAD consiste en no estar ni consigo mismo.

    Este breve muestrario de humanas manifestaciones sobre la SOLEDAD, me ha servido de pretexto para escribir, junto a ella, este corto inventario de SOLEDADES y, además, me ha dado la oportunidad de lanzar a los aires visueños, mensajes de respeto a los amantes de la SOLEDAD y, robarles a los solitarios o acompañados lectores, minutos de sus vidas y acostumbrarlos, si lo desean, a los sanos ejercicios de  atender y gozar, a través de la lectura, con las sentidas y sinceras palabras, recién sacadas del viejo horno de mi imaginación.

      Y para terminar recurro, como otras veces, al arriesgado y poco recomendable ejercicio de aconsejar. La gente se sentiría menos sola, si en lugar de levantar continuamente insalvables paredes y altos muros, nos dedicáramos a levantar PUENTES. PUENTES para una mejor y más sana COMUNICACIÓN, PUENTES para una sabia COMPRENSIÓN, PUENTES para una mayor TOLERANCIA y, sobre todo, PUENTES para una más firme ESPERANZA de un HOMBRE NUEVO, sin traumas de benditas o malditas SOLEDADES.


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