sábado, 27 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2


Martes, 18 de septiembre de 2018.
A 247 días…

MAÑANA DE ANÁLISIS Y DE ECO.

      Asumido, como de costumbre, el ponerme en mano del vampiro, saca sangre (en éste, mi caso, vampira)

     La cantidad del preciado líquido vital a extraer viene determinada por los apartados a estudiar. En este caso, será bastante, pues estos son muchos. Los generales y los referidos al  tiroides.

     Las buenas manos de la “sacasangre”, me garantizan la ausencia de dolor. ¡No quisiera equivocarme en esta ocasión! No me equivoqué.

      Buen desayuno para recuperar con prontitud la sangre extraída. ¡Y que no falte el jamoncito!

    El segundo paso médico de la mañana, una eco tiroidea. Siempre acompañada de una amena charla con el doctor Valero.  Buen comunicador éste, metódico en su trabajo, anotador de sus miles de ecografías realizadas a lo largo de su vida profesional. Temas de la conversación, las tesis doctorales de los mangurrinos  políticos, empezando por el ocupa Sr. Sánchez, y sus maniobras de distracción (eliminar a los aforados, la mezquita no es de la iglesia, la exhumación de la momia de Franco, etc. etc.) Saludos a las auxiliares, amigas de origen visueño y una larga espera de más de dos horas para la eco. Aburrimiento extremo, fatiga y ganas locas de mandar a la porra (por no decir otro sitio) las pruebas médicas.


     Y ahora, a esperar que los resultados de los análisis y de la eco contengan las buenas nuevas de encontrarme en un estado de salud medianamente bueno. ¡Con poco me conformo, Virgencita mía, déjame como estoy!


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