GAVIOTAS DE MI
NIÑEZ
Las blancas gaviotas,
de
plumas salinas,
grabadas
quedaron,
con
mágica tinta,
en
ojos despiertos,
de
nuevas retinas,
abiertos
al mar,
al
mar de Melilla.
Mis blancas gaviotas,
dueñas
de las brisas,
en
la Rusadir,
cristiana
y fenicia,
con
vuelos rasantes
baldean
la orilla,
de
la bella mar,
su
mejor amiga,
junto
al cargadero
de
áurea pirita,
dorado
tesoro
de
una vieja mina.
Las veo volar
de
forma sencilla,
garbosas,
serenas,
algo
presumidas,
dibujando
sombras
en
la arena fina,
la
cálida alfombra
de
la mar divina.
Mis ojos guardaron,
entrañables
vistas,
estampas
de ayer,
nuevas,
redivivas,
que
vuelan serenas,
cual
gaviota amiga,
buscando
el abrazo
de
mi mar, Melilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario