Cerradas a cal y canto, sin vueltas atrás, ventanas, lumbreras, lucernas,
puertas, claraboyas, rendijas, etc. de un 2013, envejecido, agotado y acabado
del todo, nos disponemos, con manifiesta osadía, clara ironía y mínimas
pretensiones literarias, a buscar nuevos
derroteros en el apasionante juego de la versificación y de la prosa. Y nada
mejor para lanzarnos al vacío del 2014,
que comenzar con ¡UN YO QUÉ SÉ! o ¡UN
QUÉ SE YO!
¡YO QUÉ SÉ o QUÉ SÉ
YO! (Primo)
Y el
cuento de no acabar,
por
aquí, de la “buena pipa”,
tiene
fecha, tiene facha,
tiene
guasa y preguntitas,
mas ¡QUÉ
SÉ YO! Españolito
de
entendederas cortitas,
de los
líos de un tal Mas
y de
sus magras cositas,
de
andar, busca que te busca,
callejones
sin salidas,
con lo
fácil que resulta,
dejar a
la gente tranquila,
que sea
lo que ella quiera,
al
margen de la política.
Y el
cuento puede acabar
con sangre y muy “mala pipa”,
así
que, señor Mas o Memo,
prepara
tus maletitas,
y deja
de dar por saco,
con soflamas
separatista,
búscate
un “puñao pringaos”
y funda
tu patria chica,
pero
lejos, bien lejito,
de esta
mi tierra bendita.
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