martes, 19 de noviembre de 2013

Versos infernales

                             ESTAMOS EN EL INFIERNO

     Con hilos de vieja rueca
se tejieron los infiernos.
Sus artesanos, los hombres,
inventores de los miedos,
fabricaron, a destajo,
variadísimos modelos,
que a sangre y fuego grabaron
en catálogos modernos,
en las mentes de los hombres
como correctivo eterno.

     Los infiernos de los hombres
tienen propio alojamiento,
unos están en la tierra,
rodeados de misterios,
otros, los más famosos,
al otro lado del cielo,
En vientres de adoraciones
se gestaron los infiernos.
Entre llamas y castigos,
inconmovibles nacieron,
crecieron como la hiedra,
para acoger a los muertos,
y será harto peliagudo,
acabar con todos ellos,
mientras los hombres se empeñen
en avivarles sus fuegos.

     Cientos de páginas blancas,
miles de inservibles versos,
los hombres precisaríamos
para hablar de los avernos,
cientos de mentes abiertas,
miles de sueños conversos,
los hombres precisaríamos
para matar al infierno.
Son cuantiosos los humanos
que tienen su propio infierno,
para algunos, merecido,
para otros, sin merecerlo.

     Cuando se quiebra el amor
cuando se rompen los sueños,
cuando la hambre cabalga
con sus designios perversos,
cuando la guerra se vive
como rutinario juego,
cuando el hombre mata al hombre,
cuando la muerte es festejo,
cuando las almas se venden
y se subastan los cuerpos,
cuando guardamos a Dios
en sacos con agujeros,
cuando la palabra es aire,
cuando no sirven los versos,
no tengáis ninguna duda,
ESTAMOS EN EL INFIERNO.


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