Ser libre es un don preciado,
del que goza, el
elegido,
aquel que sabe jugar,
al juego más divertido,
de ser utópico adulto,
sin dejar de ser un
niño.
En las horas de tus días,
fuiste pájaro sin nido,
el universo y la
tierra,
fueron pueblo y
caserío,
para tu cálido verso,
para tu alma de niño.
Jugaste con la palabra,
igual que con tu
albedrío,
como a ti te dio la
gana,
sin trabas de ningún
tipo,
inventándote vocablos,
rompiendo modos
antiguos,
rimaste cuando
quisiste,
creaste un nuevo
estilo,
para hablarle, sin
tapujos,
a los sabios y a los
niños.
A tu alegre libertad,
con estos versos
sencillos,
levantamos hacia el
cielo,
un merecido obelisco,
con las risas de las
niñas,
con los guiños de los
niños.
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