sábado, 19 de octubre de 2013

Versos íntimos


A José Ángel,  dándole ánimos en los momentos difíciles que vive.

           A CUQUI

     La musa me ha sonreído
al filo de la mañana,
al ver prendido en mis ojos
recuerdos de dulce hermana,
tejidos en  la memoria
con hilos de seda pálida,
hilados con los acordes
de una gran rueca dorada.

     La musa, tras de la sombra,
en silencio me acompaña,
mirando como desgrano,
entre suspiros y lágrimas,
las espigas del recuerdo
de aquella querida hermana
que, estrenando juventud,
peregrinó, con la parca,
hacia un ignoto lugar
hecho de todo y de nada.

     Quiere la musa enseñarme
versos de marfil y plata,
para lanzarlos al aire
como ínclita serenata,
para ayudarme a encontrar
las más hermosas palabras,
sin darse cuenta, la pobre,
que para las grandes damas,
los versos han de nacer
en lo más hondo del alma,
aunque sean de ocre tierra
o de pura arcilla blanda.

     Y la musa sorprendida,
huyó, sin entender nada,
dejándome con los recuerdos
de aquella especial hermana,
a la que quise recordar,
en estas frágiles páginas,
con unos sencillos versos
tejidos esta mañana.

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