BORRÉ DEL MUNDO LAS
ROSAS
Una brisa, en mi alma entró,
con
un perfume de rosas,
embriagando
mis sentidos
con
aquel sutil aroma.
Cuando
la brisa se fue,
para
mecer suaves olas,
se
llevó, en su mochila,
aquel
perfume de rosas.
Huérfano
de olor, quedé,
y
el alma, inodora y rota.
De los jardines del mundo
arranque
todas las rosas,
para
extraer su perfume,
para
conservar su aroma.
En
mi siniestro querer,
borré
del mundo las rosas,
maté
la flor más querida.
para
conseguir su aroma.
Hoy, jardines, jardineros,
fuentes
y acequias, lloran.
El
viento, amo de la brisa,
el
sol, la luna redonda
y
las apenadas aguas,
me
gritan a todas horas:
“¿Qué has hecho tú, con mi flor?
¿Qué
has hecho tú, con la rosa?”
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