lunes, 28 de octubre de 2013

Versos de añoranzas

 CASTEJÓN DE HENARES (GUADALAJARA)

     Dime, pueblo de la Alcarria,
señor de aromas de espliego,
sí las piedras de tus muros
y las tejas de tus techos
han sabido soportar
el fiero envite del tiempo,
miserable destructor
de muchos pequeños pueblos.

     Dime tú, pueblo alcarreño,
distante en espacio y tiempo,
sí aún conservas la frescura
del agua de tus veneros,
cantoras y cristalinas
musas de tu estar sereno.

     Dime, predio recordado,
honra de almelado pueblo,
sí tus terrizas callejas
decoran sus toscos cuerpos
con la paja de las eras,
con hilos de verde espliego
o con redondas moñigas 
de tus cabras y carneros.

     Dime tú, añorado pueblo,
aula de joven maestro,
sí con orgullo conservas,
impar pétreo recuerdo,
la Casa del Señor Cid,
pobre estancia en su destierro.

     Dime, Castejón de Henares,
carnaza del cruel progreso,
sí te quedan voz y fuerza
para mantenerte inhiesto,
sí tus latidos de piedra
son felices argumentos
para nunca renunciar
a tu alba esencia de pueblo.

     Dime pronto, amado pueblo,
si mis pasos se perdieron,
al borrarse en ti, las huellas
que delineé sincero
sobre unas frágiles almas
y corazones bien tiernos,
para buscarte rendido,
antes del fin de mi tiempo,
para, de nuevo, pisar
tus caminos y senderos
y grabar mis nuevas huellas,
de apesadumbrado viejo,
sobre tu terrenal piel,
sobre tus hondos recuerdos. 

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