CABALGANDO SOBRE EL TIEMPO
A
la grupa de ancho tiempo
cabalgamos
desbocado,
agarrados
a sus riendas,
intentando
dominarlo.
Las
manos se vuelven cera,
la
mente, se torna barro
y
los sentidos padecen
el
vértigo de los años.
El tiempo, eterna criatura,
humo
para los humanos,
pronto
se volatiliza,
como
las nieblas de mayo,
robándonos,
en segundos,
todo
aquello que guardamos,
dejándonos
triste y pobre,
vacías
las nuestras manos.
Aquí, no valen lamentos,
suspiros,
quejas y llantos,
sólo
cabe el conformismo
y
saber con quien jugamos,
si
queremos continuar,
en
la tierra, caminando,
y
que nadie busque excusas
para
ahora, sublevarnos,
que
el tiempo, desde hace tiempo,
nos
está siempre avisando,
de
nuestra parca existencia,
de
su eterno mecenazgo,
de
su volátil presencia
y
de nuestros breves pasos,
en
una incompleta vida
que
él, nos la viene esquilmando.
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