A TIERRA MOJADA
Aromas de prima lluvia,
de
tierras humedecidas,
despiertan
viejos olores,
perdidos
en la rutina
y
un regusto viejo y joven,
entre
narices camina,
impregnándonos
certero
del
correr de nuestra vida.
Oler
la tierra mojada,
experiencia
repetida,
es
grato descubrimiento,
iterado
en estos días.
Un
pensamiento ligero,
una
cómplice sonrisa,
un
comentario oportuno,
una
expresión bien sencilla,
componen
el argumento
de
esta historia entretenida.
Oler
la tierra mojada,
saborear
su venida,
es
un pequeño placer,
es
cosa que no se olvida.
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