lunes, 2 de septiembre de 2013

Musas

     MUSAS, ¿PARA QUÉ?

     Mis musas se han escondido
en oscuros recovecos,
yo las busco, yo las llamo,
y sólo escucho los ecos
de mis voces, que se escapan
por las rendijas del viento.

     Mis musas se avergonzaban
de los infantiles versos
que yo, en sus largas ausencias,
trazaba, atado a los miedos
que por mi mente jugaban,
como si fueran sus dueños.

     Mis musas me abandonaron,
me dejaron, sin quererlo,
y desde entonces camino
perdido, roto, desecho,
sin encontrar las palabras, 
alma de poema nuevo.

     Mis musas céleres huyen,
cuando a escribir, yo me siento,
no soportan, no comprenden,
el monótono tecleo,
frente a ruin ordenador,
para componer los versos.

     Mis musas me despreciaron,
muertas de envidia y de celos,
al descubrir que tenía
algunos amantes nuevos,
para inspirar mis poemas,
para incardinar mis versos.

     El trabajo y la constancia
son, desde ahora, mis dueños.




















Lápiz de color sobre papel.

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