miércoles, 28 de agosto de 2013

Versos de malas horas

  SALIR, PARA NADA

     Salía cada mañana
a buscar un jardín nuevo,
cansado de soportar
los rítmicos desencuentros
que entre tu vida y la mía,
como flores, van creciendo.

     Volvía al atardecer
lleno de amargos silencios,
con el cansancio en el rostro,
en el alma, sordos miedos,
que, entre suspiros, servían
para avivar mis tormentos.

     Salía al anochecer,
a buscar festivo huerto,
aburrido de morar
estancia de aromas muertos,
donde el vacío se palpa
y el amor es algo huero.

     Volvía de madrugada
quebrado, roto de cuerpo,
con la pena dibujada
en un corazón desecho,
que, entre latidos, buscaba
alivio a mi desconsuelo.

     Entre salidas y vueltas,
se fue agotando mi tiempo,
mis jardines se secaron,
se marchitaron mis huertos.
Ahora sólo me quedan:
angustias, resentimientos,
cien granadas soledades,
tormentos y desconsuelos
y, en lo más hondo del alma,
un insondable agujero,
por donde. a mí, se me escapan,
mis esperanzas, mis sueños,
mis amores, mis amigos,
la vida, que tanto quiero.

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