jueves, 22 de agosto de 2013

Homenaje

   A UN OLIVO VERDE

     Olivo de hojitas verdes,
con verdor, de verde olivo.
Tronco de quebrado acero,
por el tiempo retorcido,
tallado, como se tallan,
las olas del mar bravío.
Grietas recorren tu cuerpo,
dibujando mil caminos,
caminos de mil recodos,
recodos de hieles y vinos,
donde se esconden los vientos
y se escapan los suspiros.

     Olivo de olivas verdes,
con verdor, de verde olivo.
Oliva de duro hueso,
en su interior escondido,
fruto de jugoso óleo,
con esfuerzo recogido.
Vareados en los aires
con vara de cuerpo fino,
por la fuerte y ruda mano
del aceitunero altivo,
jornalero, a su pesar,
cumpliendo triste destino.

     Olivo de sueños verdes,
con verdor, de verde olivo.
Vives para ser soñado
con sueño alegre, de niño,
grabado en tu recio tronco
con gubias de acero vivo,
fabricadas en las fraguas
que existían en El Viso,
entre el alcor y la vega,
entre verdades y mitos.
Sueños que se han despertado
a la sombra de un olivo,
que junto a la Piedra el Gallo,
no deja de querer al Viso.

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