Segundo cumpleaños

   Como ”Bandolero de Leyenda” celebré mi segundo cumpleaños en  un entrañable´ y bello  patio andaluz, construido con esmero, arte y saber por una sana legión de jóvenes “Bandoleros” dirigidos por el émulo del gran “Luis de Vargas, “JUANPE”.

     Y ello me obliga a dirigiros, con el mayor de  los gustos, esta segunda misiva bandolera que sirva, a la par, de reconocimiento, de agradecimiento y de profunda admiración, por estar, sin prisas y sin pausa, construyendo nuevos caminos festivos, con nuevas maneras de celebración de nuestras Fiestas de la Santa Cruz. ¡FELICIDADES!

     Poco que decir, para que no se me vea el plumero paternal, del estupendo Pregón de Ángel. Supo,  con su palabra joven, con su buen decir, con su originalidad y con su sentir,  ganarse a sus amigos, bandoleros y bandoleras. Fui feliz, no por el éxito de Ángel, sino por el descubrimiento de los muchos buenos amigos que tiene. Derramé algunas lágrimas, no por su triunfo, sino por

vuestros silencios, por vuestros sinceros aplausos y por vuestra admirable compostura. Salí de vuestra gran casa, crecido como persona y como visueño. Mi gratitud para todos.

     Acertasteis al homenajear al querido, admirado y respetado Diego de los Santos, al convertirlo en “Bandolero de Leyenda”. Casi siempre los actos sencillos de homenajes, ornados con la sorpresa del  homenajeado, sobrados de sentimientos y de afectividad y alejados del gran boato, se convierten en magníficos acontecimientos de difícil olvido. ¡NUEVA FELICITACIÓN!

    Y de broche dorado, volvisteis a acertar con la voz flamenca más cercana y mas viva  de los Alcores, la del simpar “Bandolero de Leyenda” Segundo Falcón que, en un tarde mágica, junto a sus acompañantes, magníficos profesionales,  despertaron los milenarios sueños andalusí y flamencos de la Tablá y las palmas pregonaron legendarios versos por los Alcores  de nuestro Viso.

     Sé que dentro de unos días, entre recuerdos de lo vivido, empezaréis a preparar la venidera Cruz de 2014, que nada, ni nadie tapie vuestros caminos, que nada, ni nadie os robe la ilusión de mejorar; que nada, ni nadie os birle   vuestra “MAGIA BANDOLERA”.