¡ALIGERA TUS PASOS, LIBERTAD!
¡Qué lenta eres, libertad,
qué
pausados son tus pasos,
qué
someras son tus huellas
en
un mundo inacabado!
No te dejas conquistar,
moras
en altos tejados,
ricos
solares custodios
de
tus silencios dorados,
de
tus arcaicas heridas,
de
tus grandes desencantos.
Tu ausencia es duro castigo,
para
los hombres honrados,
tu
marcha es cruel paradigma
de
sus más grandes fracasos,
fuente
de llantos injustos,
espejo
de fieros quebrantos.
Te temen los poderosos,
te
aman los desheredados;
el
opresor enmudece,
tiembla
de miedo el tirano,
cuando
a sus oídos llegan
la
firmeza de tus pasos.
Los aires tañen campanas,
felices
aldabonazos,
los
vientos pregonan dichas,
si
vives a nuestro lado,
y
un sueño de permanencia,
sereno,
envalentonado,
se
desliza con firmeza
bajo
tu cielo estrellado,
sobre
la bendita tierra
que
los hombres heredamos.
Óleo sobre lienzo
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