VIENTO QUINTO
Los vientos de la pereza
traen humos de apatía,
de dejadez, de
indolencia,
de vagancia, de desidia,
que le dan a nuestras
obras,
carácter de
clandestinas,
de naderías insulsas,
de míseras baratijas.
Los vientos de diligencia,
traen brisas encendidas,
de entusiasmos, de
presteza,
de audacia y de
valentía,
que le dan a nuestro
hacer,
impronta de categoría,
de tarea celebrada,
de labor definitiva.
Huyamos de la pereza,
señorona, grande diva,
poltrona de la flojera,
que a ninguna cosa
aspira.
Obremos con diligencia,
gran señora, siempre
activa,
impulsora del hacer,
autora de maravillas.
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