VIENTO
TERCERO
Los vientos de la memoria,
traen
aromas otoñales,
olor
a tierra mojada,
mutación
de los paisajes,
muerte
y vida, en disputa,
hoja
y savia, perdurables.
Los vientos de la memoria,
en
los días otoñales,
nos
recuerdan, sin pudor,
que
somos seres mortales,
que
viajamos por la vida,
como
meros visitantes,
como
soplos, como niebla,
como
capricho mutante,
de
un alguien desconocido,
sempiterno
e insondable.
Los vientos de la memoria,
en
las noches otoñales,
nos
hablan de amores viejos,
de
relegados cantares,
de
sueños que nada fueron,
de
remotos orillares,
de
quebradas fantasías,
de
pasajes celestiales,
de
un efímero vivir,
de
un final inevitable.
Los vientos de la memoria,
en
las horas otoñales,
van
y vienen, en bandadas,
sin
decirnos lo que valen,
ni
las horas de llegadas,
ni
tampoco, lo que traen.
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