NOVIEMBRE
¡Cuántos recuerdos dormidos,
de
aquellos que se marcharon,
despiertan
en estos días,
hijos de
ingrato pasado!
¡Cuántos quebrados suspiros,
cuántos
lamentos frustrados,
cuántos
ayes, cuántas lágrimas,
la vida
fue derramando!
Entre todos esculpimos,
en bronce
de precio bajo,
día para
recordar,
a los
muertos, a los santos,
y
llenamos de arcoíris,
con
flores, en grandes ramos,
y de
silentes visitas,
nuestros
viejos camposantos.
Días de luto y de gloria,
entre
todos inventamos,
para
ocultar las miserias
de los
egregios humanos,
hechos de
polvo y ceniza,
de
arcilla, de pobre barro,
y
colocados aquí,
en
efímero estrellato,
esperando
un más allá,
ignoto y
disparatado,
dueños de
cuerpos, que sufren,
la
muerte, como regalo.
Venturosos, los que creen,
felices
afortunados,
que la
vida es pura nada,
que es
imaginado tránsito
hacia una
gozosa estancia,
de eterno
vivir sagrado.
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