Para Triana
Una ronda de cristal,
con voces
de mil colores,
con sones
de campanillas
y tonos de
hermosas flores,
quiero
regalarte, niña,
cuando se
acerque la noche,
cuando la
luna de plata,
vestida de
claro azogue,
se asome
por los tejados,
derramando
bendiciones.
Me pareció una hermosa poesía, dulce y llena de ternura. Como a mí me falta ese don, he buscado una para enviarle a mi nietita que cumpleaños mañana, y vive en Barcelona a miles de kilómetros de acá. Gracias y perdonen por robársela.
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