ALGO
SOBRE DIOS
Difícil tú, me lo has puesto,
queriendo que de Dios te hable,
cuando mis tullidos versos,
huyen ya, como cobardes,
espantados, temerosos,
de su poder inefable.
Sí, difícil, me lo has puesto,
a mí, tamaño ignorante,
incapaz de comprender,
un átomo, un instante,
de su crasa eternidad,
de su existir insondable.
Sí, difícil me lo has puesto,
queriendo que yo te hable,
de ese Dios desconocido,
tachado de miserable,
cuando las cosas se tuercen,
cuando nos rozan los males.
¡Pues no, búscate otro humano,
que, del gran Dios, quiera hablarte!
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