Y EL YO...
de tanto caminar por el inexistente
tiempo,
obediente a imaginadas leyes,
inventadas en una supuesta nada,
llena de quiméricos supuestos,
vacía de nada y de todo.
El Sol anda malhumorado,
despilfarra consciente luminosidad y
calor,
esencias de existencia
de unas cercenadas vidas,
colocadas en átomos de un aburrido
universo,
con fecha de caducidad cósmica.
El Universo se carcajea,
con hilaridades y descomunales risas,
cuando el abreviado hombre,
insignificante mota espacial,
acurrucado en mortales talamos de
gloria
bendice su existir.
Y el yo...
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