jueves, 21 de junio de 2012

Versos a la mar


MAR

     La mar me miro sonriente
y yo le tiré los tejos,
por ver si correspondía,
a éste, mi amor secreto,
que una tarde despertó,
en mis silentes adentros,
como suave torbellino,
como atolondrado sueño,
como salada caricia,
como generoso viento,
hiriéndome los sentidos,
mi alma y mi frágil cuerpo,
despertando mil temores,
sospechas, dudas, recelos,
avivando la alegría,
que generan gratos versos.

     Y a la mar, yo cortejé,
con piropos y requiebros,
con palabritas muy dulces,
con miles de nuevos versos,
olvidando mis quehaceres
olvidándome del tiempo
y de todos los amores,
que moran bajo mi techo,
porque el amor a la mar
ha de ser amor eterno,
como el amor que inventó
el Dios que vive en el cielo.


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