jueves, 10 de mayo de 2012

Versos íntimos


¡RECUERDOS!

Cada vez que miro atrás
y hurgo en caduco pasado,
hilos de absurda añoranza
tejen con burdo descaro
telas de perdidos tiempos,
paños de tiempos amargos.

Con dubitativo andar
y, a veces, a grandes pasos,
transito borrosas sendas
recorridas en antaño,
siguiendo difusas pistas
matizadas con engaños,
con algunos que otros flecos
por la memoria, inventados.

La realidad castrada,
en solar desdibujado,
retorna al flaco presente
como efímero legajo.
Irreconocible a veces,
a veces, exagerado
y, casi siempre, descrito
con lápiz de duros trazos.

Cada vez que miro atrás
y busco algo en el pasado,
me tropiezo, sin querer,
con tapias y muros altos,
levantados con olvidos
y con cristales opacos,
que me impiden su rescate
y el poder recuperarlo
de entre los lodos y cienos
de un subconsciente cansado,
entretenido en jugar
con lo real y lo falso.

En ignotos recovecos
de los cerebros humanos
se esconden con complacencia
sordos recuerdos mundanos.
No sabemos, cómo y dónde,
ni los por qué, ni los cuándo
de este ocultismo tan ciego,
de estos sórdidos arcanos.
Sólo sabemos dos cosas,
sin temor a equivocarnos,
     que fueron trozos de vida,
infieles aldabonazos,
y que resulta difícil,
en el tiempo, rescatarlos.

Y así duermen los recuerdos
en paraísos cercanos,
burlándose de los hombres,
torpes y desmemoriados,
empeñados en tenerlos,
incapaces de encontrarlos,
cuando juegan aburridos
a querer resucitarlos.


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