sábado, 12 de mayo de 2012

Versos de desconfianza


MIEDOS

Tengo miedo de la vida,
de sus pasajes estrechos,
de sus avenidas anchas,
de sus negros recovecos,
de sus cegueras trucadas,
de sus peligrosos vientos,
de sus llantos programados,
de sus corazones huecos
y, sin poderlo evitar,
de la vida, miedo tengo.

Tengo miedo de los hombres,
de su pensar obsoleto,
de sus decires monótonos,
de sus caducos eventos,
de sus cantos de sirena,
de su quehacer siniestro,
de sus alocadas mentes,
de su prometer incierto
y, sin poderlo evitar,
de los hombres, miedo tengo.

Tengo miedo del amor,
de su compromiso eterno,
de sus locas correrías,
de sus despreciados besos,
de sus claros disimulos,
de sus dolosos recuerdos,
de sus risas escarchadas,
de sus cálidos encuentros
y, sin poderlo evitar,
del amor, yo miedo tengo.

Tengo miedo de la gloria,
de su parco emolumento,
de su efímero reinado,
de sus canas a los vientos,
de sus muros insalvables,
de sus maliciosos cuentos,
de sus gigantes envidias,
de sus inmutables cuervos
y, sin poderlo evitar,
de la gloria, miedo tengo.

Tengo miedo de la vida,
de los hombres, miedo tengo,
tengo miedo del amor,
de la gloria, miedo tengo.
Yo vivo atemorizado
sin querer dejar mis miedos,
no vaya a ser que el destino,
bien mezquino y usurero,
al curar mi enfermedad
me entregue al sepulturero,
y me birle con descaro
las cosas que yo más quiero:
los hombres con sus carencias,
el amor con sus desvelos,
la gloria en pequeñas dosis
y la vida, mi sustento.


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