CUERDO
Y LOCO
El
hombre incrustado vive
en
burdas grietas profundas
de
locuras inventadas
en
horas inoportunas.
¿Quién
en este insano mundo
se
libra de la locura?
El
hombre guardando vive
en
rendijas y ranuras
gotas
de cuerdas maneras
y
normas de composturas.
¿Qué
sensato ser humano
reniega
de la cordura?
La
locura sueña trono
de
falaces desventuras,
de
absurdos, de disparates
y
de necedad profunda.
La
cordura sienta plaza
de
albas serenas venturas,
de
bien hacer, de bondades
y
de verdades rotundas.
Los
locos juegan a cuerdos,
los
cuerdos hacen locuras.
Y
entre la tierra y los cielos,
donde
bueno y malo abundan,
los
cuerdos juegan a locos,
los
locos buscan corduras.
Los
beodos y los locos,
hechos
de frágiles brumas,
derrochan
sabias verdades
a
socaire de las burlas.
Mientras
sabios y letrados,
mimados
por regias plumas,
esconden
sucias verdades
por
temor a la cordura.
Cuerdos
y locos conviven,
locos
y cuerdos rebuznan.
Corduras
y disparates
duermen
en la misma cuna,
se
cubren con blancas sábanas
y
edredones de negruras.
Hermanados
en la vida,
hermanados
en la tumba,
todos
los que aquí moramos
gozamos
con la cordura
y,
sin poderlo evitar,
padecemos
de locura.
Y
quienes así no entiendan
afirmación
tan segura,
que
padezcan, al pagar,
locas
y cuerdas facturas.
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