LAS ESTACIONES DEL HOMBRE
PRÓLOGO
El engreído humano,
dueño y señor de migajas,
cruza las cuatro estaciones
de su vida regalada
sin apenas darse cuenta
de su brevedad flaca,
de sus muchas maravillas
y de sus benditas tramas.
Con frágil y sutil pluma,
montado en otoñal barca,
prendí la vida en mi mente,
jugué con calma a pintarla,
con versos de incertidumbres,
natos en tibia mañana,
azucarados con miel
y cálidas añoranzas.
Como hombre de libre juicio,
curtido en luengas batallas,
tomé a las cuatro estaciones
como paralelas damas,
archivos separadores,
de la vida en cuatro etapas,
compendio, canto y resumen
de toda vida creada.
La primavera es nacer
entre dolor y esperanza,
el verano, juventud,
que en un suspiro se pasa,
el otoño, madurez,
jugador de últimas cartas
y el invierno es el ocaso
de todo, y vuelta a la nada.
(continuará)
Hablemos de teatro: Vudú (3318) Blixen
Hace 3 semanas
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