lunes, 23 de abril de 2012

LAS ESTACIONES DEL HOMBRE (Continuación)


EL INVIERNO DEL HOMBRE

Invierno de cercanías,
de los últimos paseos,
de despedidas silentes,
de temidos desencuentros,
de un ineludible viaje
hacia paradero incierto,
con billete sin retorno
a lomos del frío invierno.

Con triste aroma de muerte
      que rasga los pensamientos,
doblan campanas de bronce,
sudarios de parcos tiempos.
Jinetes luengos de ayeres,
entonan póstumos versos,
distraídos celebrantes
de las honras del invierno.

Caducos escaparates
de votos y juramentos,
ornados con los retazos
de una vida con mil sueños.
Estampas difuminadas
con pátina de ocre alvero,
impresas al caminar
por las sendas del invierno.

Cuchillos de piel en plata
cortan hilos de frío hielo,
cordones umbilicales
      de cuerpos vivos y muertos,
desgajando con suspiros,
racimos de tiempos viejos,
imposibles de esconder
en las arcas del invierno.

Cuerpos añosos y ajados
roturan viejos senderos,
dibujan últimas huellas
de póstumos escarceos,
dejando sin completar
páginas de bellos sueños,
robados sin compasión
por los hados del invierno.




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