HOMBRES
CONTRA HOMBRES
El
hombre sueña ser hombre
sobre
utópicos tejados,
cercanos
a sublime cielo,
por
los hombres, inventado.
El
hombre olvida a los hombres
pobres
y necesitados,
presenta
sus credenciales
de
hombre desmemoriado.
Los
hombres sueñan y olvidan
en
el ocio y en el trabajo.
El
hombre juega a ser hombre
olvidando,
ser honrado
con
el resto de los hombres
en
paisanaje hermanados.
El
hombre juzga a los hombres,
sean
ángeles o diablos,
blandiendo
grande poder
de
otros hombres, heredado.
Los
hombres juegan y juzgan
en
los tajos y en el paro.
El
hombre roba a los hombres,
dejándolos
arruinados,
esquilma
alma y cuerpo de hombre
con
ardid de desalmado.
El
hombre mata a los hombres,
en
creer justificado,
por
capricho, por locura,
a
otros hombres, imitando.
Los
hombres roban y matan
en
el curro y en el descanso.
El
hombre, lobo del hombre,
fabricante
bien dotado
de
errores y de terrores,
con
ínfulas y descaros,
despierta
cada mañana
abriendo
libro macabro
de
acres páginas escritas
con
sangre de ser humano.
El
hombre, animal selecto,
en
su poder, amparado,
itera,
siempre que quiere,
desmanes
desorbitados,
empírico
caminar
de
holocausto abominado,
ejecutor
implacable
del
pobre género humano.
Y
yo, átomo de pobre hombre,
avestruz
amaestrado,
me
escondo en hondos lamentos,
roto
y descorazonado
y
reniego, a mi pesar,
de
mi condición de humano,
escribiendo
toscos versos
de
un poema titulado:
“Los
hombres contra los hombres”,
como
inservible reclamo,
para
acallar mi conciencia
de
vil hombre afortunado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario