miércoles, 28 de marzo de 2012

Versos a mi amada

¡POESÍA!

Fuiste la doncella oculta,
escondida en las tinieblas
de una larga y fría noche,
en los cronos de la Tierra.
Por ignorada criatura,
y por querer ser estrella,
perdiste norte y camino,
padeciendo duras penas.

Soñaste con ser de todos,
y que todos te quisieran
con locura, con pasión,
con sacra delicadeza.
Sólo unos pocos humanos,
amantes de la belleza,
atrevidos, te buscaron
por desconocidas sendas.

Yo, inquieto depredador
de insólitas cosas bellas,
me aliste en docta mesnada
de una corta soldadesca.
Y luché con desmesura
para vencer mis flaquezas
y para poder disfrutar
retazos de vida, en ella.

Desde que la conocí
padezco locura extrema,
mi tiempo se ha detenido
entre miedos y torpezas.
Nunca supe cómo y cuándo
me alcanzó esta ceguera
que aquí me tiene postrado
como una criatura enferma.

En su grata compañía
se me abren miles de puertas,
en otros tiempos cerradas
con mil cerraduras muertas.
Y la vida prende en mi alma,
con llamas de llama nueva,
fantásticas melodías
en el más allá, compuestas.

Cuando la Parca me elija
para desposarme con ella,
cumplid último deseo:
buscad una buena tierra
cerca de una brava mar,
debajo de las estrellas,
y envolved todo mi cuerpo
en sudario de poemas.

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