miércoles, 11 de enero de 2012

Versos íntimos

VACÍO

Vacío, vacío, vacío,
me levanté esta mañana,
Vacío de todo aquello
que traen las alboradas,
vacío de impúber sueño,
hijo de la madrugada,
vacío de alegres trinos,
que siempre suenan al alba,
vacío, vacío, vacío,
Vacío de cuerpo y alma.

Sentí vértigo de vacío,
vacío de malas entrañas,
no sentía mi latir,
tan vacío me encontraba,
que me aferré a los silencios,
que junto a mí, cabalgaban,
pugnando por escapar
de aquella terrible nada,
vacía, como yo, de todo,
transparencia inmaculada.

Descubrí mis oquedades,
al filo de la mañana,
y me circundé de espanto,
y de horas espantadas,
vacío recorrí las sendas
de la acre desesperanza,
vacío, vacío, vacío,
a punto de estallarme el alma.

Un hilo de luz divina,
hilado junto a la nada,
marcó un punto y aparte
en aquel vacío canalla,
llenando el hueco vacío,
con una banal migaja,
un punto insignificante,
una pobre musaraña,
que rompió, en muy buena hora,
el vacío que me mataba.
Aquel puntito de luz, creció
como la alborada,
como tenaz levadura,
como despierta mañana,
como el alba matutina,
como rayo de esperanza,
y, al tiempo, el pobre vacío,
vacío, como la nada,
fue llenándose de voces,
de canciones, de baladas,
de colores encendidos,
de imágenes y de estampas,
y de ardorosos calores
de llamas apasionadas.

Y en un instante finito,
noté, preso de una lágrima,
pequeña como el puntito
de alba luz esperanzada,
que el vacío se había ido,
que el vacío ya no estaba.

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