sábado, 14 de enero de 2012

Romance. Segunda entrega

(Continuación)

La pequeña mira y mira,
la mente la tiene en blanco,
pasado unos segundos,
despierta de su letargo,
descubre junto al objeto,
un celeste viejo trapo,
con suma delicadeza,
lo coge con una mano,
pretende limpiar el negro
que cubre al objeto raro,
no sabe lo que se oculta,
bajo aquel negruzco manto.

Mas, cuando el trapo acerca,
despierta el negro sudario,
se mueve poquito a poco,
como el que está muy cansado,
y un inquietante siseo,
preludia un menudo llanto.
La niñita, sorprendida,
retira veloz el trapo,
volviendo otra vez la calma
y la quietud de hace un rato.

La curiosidad despierta
el valor y los redaños,
y la pequeña repite
aquel imprevisto ensayo,
obteniendo, de respuesta,
igualitos resultados,
el movimiento y la calma
se ceden sendero y paso.

La pequeña no renuncia,
deja, de momento, el trapo,
y busca por su cercanía
otro objeto, un cacharro,
que pueda desagraviarla
de aquel primerizo fiasco.
Cerca de una ventanita,
por donde el sol entra a ratos
la pequeña ha descubierto,
un conocido aparato,
que puede venirle al pelo,
que le viene ni pintado.
Se trata de una aspiradora,
pequeña, como un zapato,
que se usa para las pelusas
de los jerséis baratos,
que se llenan de bolitas,
en antes de contar cuatro.

La chiquita es bien despierta,
con atención y cuidado,
con presteza y gran soltura,
ha enchufado el aparato,
y con gran habilidad
lo acercó al ser extraño,
apretó el interruptor,
con la rapidez del rayo
y, en un tic-tac de reloj,
la negrura se ha tragado,
y aquella viva negritud,
aquel sombreado manto,
reposa en la barriguita
del orgulloso aparato.

Con el calor y las prisas,
y al sentirse atrapado,
las lágrimas derramadas
por aquel objeto extraño,
con los muchos punto negros,
con los muchos negros trazos,
con fuerza, se han mezclado,
dando lugar a una tinta,
de matiz tornasolado,
de color negro brillante,
del azabache tostado.

Busca final el romance,
hay un objeto sagrado,
que la pequeña sostiene
entre sus pequeñas manos,
es blanco como la nieve,
es un pequeño Diario,
de páginas inmaculadas,
que espera ser ilustrado,
por una preciosa niña,
con sus diarios arcanos,
con sus íntimos secretos,
con su vida , hecha retazos,
con una tinta azabache,
de puntos y bellos trazos.

Si la fortuna quisiera,
y lo permiten los hados,
me gustaría leer,
las páginas de aquel Diario.

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