ABURRIMIENTO
Perdí la palabra
en un triste tedio
y, sin la palabra,
murió el pensamiento,
sintiéndome al filo
de un abismo hueco,
vacío de todo,
de nada, cubierto,
de nada absoluta,
loco aburrimiento.
El canto monótono,
airado lamento
de un viejo teléfono,
destrozó el silencio,
despertó palabras,
abrió pensamientos.
Ruidosa llamada.
¿La tomo, la dejo?
Repite su llanto,
el viejo teléfono,
lo escucho, lo miro,
sin querer, me acerco,
sin ver, lo descuelgo,
lo tengo en mi mano,
y guardo silencio,
una voz amiga,
conocido acento,
derrama su voz,
descubre mi aliento,
me nombra, me pide
así, de momento,
el perdido número
de un amigo nuestro.
Con hacer autómata,
lo busco, encuentro,
lo lanzo a los aires,
lento, lo enumero,
escucho mil gracias,
de nada y lo cuelgo,
y sin darme cuenta,
vuelvo con mi tedio,
con la dura nada
de mi oscuro tiempo.
¿Para qué me sirven
estos ciegos versos,
heridos de muerte
y de aburrimiento?
Y sigo en mi nada,
junto a mis lamentos,
y busco palabras,
nuevos pensamientos,
puertas de salidas,
vida y aires frescos,
desollinadores
del aburrimiento.
Y...
Hablemos de teatro: Vudú (3318) Blixen
Hace 2 meses
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