sábado, 26 de noviembre de 2011

POEMA DE UN RECUERDO

CASIMIRO MÁRQUEZ

Aquel hombrecillo enjuto,
vieja rama de árbol seco,
tez de aceituna morena,
mirada de búho experto,
era Casimiro Márquez,
desperdiciado talento,
príncipe de los fracasos,
quebrado de alma y de cuerpo,
asiduo visitador
de los pinichis selectos,
donde, por una peseta,
la “rubia” de pasados tiempos,
te daban vaso de tinto
y unos altramuces frescos,
tinto de huérfana cepa,
chochitos de pobre pueblo.

Era Casimiro Márquez
sobrio en gastar su tiempo,
las prisas eran castigo,
de los hombres poco cuerdos,
todo lo hacía despacio,
era amigo del silencio,
le gustaban los susurros
y los silbos de los vientos,
no malgastaba palabras,
no prodigaba sus gestos,
era parco en su decir,
enemigo de aspavientos,
gran señor de la miseria,
mimo de negruzco espejo,
era solera marchita,
era, de bronce, boceto,
abrigo descolorido,
gorra de sufrido fieltro,
pañuelo de rancio luto,
calzado de eterno cuero,
pantalones de mil vueltas,
catálogo de remiendos,
y, entre la piel y el abrigo,
todo, misterio y secreto.

Descrito está el personaje,
busco vate sabio y bueno,
que lo leve a los altares,
a la puerta de los cielos
y nos cuente las andanzas,
de este “quejío” sureño,
el tal Casimiro Márquez,
luz y sombra de estos versos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario