AMOR IMPOSIBLE
¡Ay!
Hay amores imposibles
y nunca correspondidos,
y a pesar de los pesares,
seguimos en el camino,
seguimos enamorados,
somos burla del destino.
De la mar me enamoré,
apenas tenía juicio,
y fue creciendo mi amor,
como la espiga del trigo,
con la calidez del aire,
con agüitas y suspiros,
dorándose con el sol,
creciendo hasta el infinito.
Hoy, sin yo merecerlo,
peno doloso castigo,
alejado de la mar,
viviendo un amor furtivo.
Me enamoré de la mar,
cuando era sólo un niño,
la miraba embelesado,
la acariciaba con mimo,
la poseía en silencio,
la soñaba con delirio.
con el tiempo fue creciendo
mi amor y mi desatino,
la penetraba, insensato,
ajeno a cualquier peligros
y me bebía su alma
y sus aromas salinos.
Hoy, sin yo desearlo,
purgo yo fiero suplicio,
alejado de la mar,
sin poder cambiar mi sino.
El tiempo, con su saber,
escribe mágicos libros,
libros de hermosos amores,
libros de amores perdidos,
como mi amor por la mar,
como aquel viejo amor mío,
que se murió una mañana,
mañana de escalofríos,
cuando una blanca gaviota,
pregonera del destino,
me susurró, temblorosa,
a las puertas de mi oído,
que la mar no me quería,
que nunca me había querido,
que de mi no sabe nada,
ni le importa el amor mío,
y que lo inscriba, con prisas,
en los libros del olvido.
¡Ay!
Hay amores imposibles
y nunca correspondidos
y, a pesar de los pesares,
seguimos en el camino,
seguimos enamorados,
somos burla del destino.
sábado, 10 de septiembre de 2011
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