lunes, 4 de julio de 2011

Versos salinos

A los domingueros de la playa, héroes nacionales, y a Marina y Antonino, "Balleneros de pro", afortunados disfrutadores de los muchos encantos de "La Ballena".

Viernes, tarde, anochecer,
ábranse puertas al mar,
que el flujo de domingueros,
acaba de comenzar.

Las carreteras soportan,
con resignación fatal,
gran marea de vehículos
que buscan el orillar,
de unos mares ya ahítos
de tanta hueste imperial,
bañistas de pocas horas,
que no les falta de “na”.
Las rodadas de los coches,
calientan el alquitrán
de un asfalto empobrecido,
por los que vienen y van,
marineros de agua dulce,
dispuestos a disfrutar,
sobre la salina arena,
en la orillita del mar.

Hay sol para todo el mundo,
a nadie le ha de faltar,
ni a los fijos residentes,
ni al que acaba de llegar,
hay calores para todos
y agua, para reventar,
sólo encuéntrase una pega,
en el tiempo de acampar,
espacio donde poner,
la sombrilla familiar,
las sillas y las neveras,
y el resto de material,
toallas, cubos, paletas,
sandía monumental,
las tortillas, los filetes
acabados de empanar,
que la jornadita es larga,
aunque pase en un “plis plas”.

Y a la vuelta, caravana,
¡Malayo sea el regresar!
Harto de arena y de playa,
pipón de tanto tragar,
y el coche, ¡Para qué para!
¿Cuándo vamos a llegar?
Y la semana que viene,
a repetir el serial,
con los mismos personajes
y… esta historia de verdad.

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