miércoles, 6 de julio de 2011

Versos de añoranza

EL VIEJO LIBRO

Tomé el libro entre mis manos,
para sorber sus encantos,
bebí los ocultos néctares,
en sus rellanos, guardados,
sumarios de voz silente,
que actuaron como bálsamos
en mi mente, en mis ojos,
en mi corazón cansado.

La pátina de sus hojas,
el polvo coleccionado,
hiciéronse fina niebla
sobre el sutil decorado,
y un par de furtivas lágrimas,
hijas de un sueño varado,
rodaron por mis mejillas,
danzando un baile olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario