viernes, 6 de mayo de 2011

Versos íntimos

NO SÉ LOS AÑOS QUE TENGO

No sé los años que tengo,
nunca deseé saberlo,
prefiero que estos guarden,
el encanto del misterio,
sus aromas enigmáticos,
la ocultes del sacramento.

No sé los años que tengo,
sólo lo sabe mi tiempo,
mi recatado destino,
el inventor de este juego,
de la vida, de los años,
del más allá, de los cielos.

No sé los años que tengo,
y nadie puede saberlo,
ni el poderoso, ni el sabio,
ni los que viven del cuento,
y lo bueno de esta historia,
de este absoluto misterio,
es que a todos nos iguala,
en los años que tenemos.

Ya consumí los setenta
y esos, ya no los tengo,
se me fueron, los graciosos,
como pavesas de fuego,
como avecillas veloces,
como acelerados vientos,
como páginas de libro
leídas en un momento,
con la misma prontitud
con que se apagan los besos,
dejando sólo regusto
de mil difusos recuerdos.

Hoy, tocado por la fortuna,
al escribir estos versos,
le doy gracias a la vida,
a los años, que no tengo,
a los que andan de camino,
¡qué sean muchos, por cierto!
que ya me encargaré yo,
de sacarle buen provecho,
y decir como Neruda:
“¡Qué he vivido, yo confieso!”,
y aunque la crisis apriete,
me daré por satisfecho
de haber nacido y vivido,
unas migajas de tiempo.

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