Fiestas de la Santa Cruz. El Viso del Alcor

Segundo retazo del Pregón de las Fiestas de la Santa Cruz visueña de 2003 (Continuación)

VÍSPERAS

Mirando hacia la Tablá,
impaciente está el romero,
quiere vivir y morir
con un firme pensamiento,
sueña con vestir las cruces
plantadas sobre el albero
en las Fiestas de la Cruz
de este nuestro Alcor visueño.

La Vega mira y remira,
igual que el verde romero,
quiere grabar en sus ojos
y en sus serenos adentros
las cruces, los farolillos,
aromas y sentimientos,
las luces de su velá,
las nubes de polvo y sueños,
las bulliciosas Casetas,
las esculturas de fuego,
y detener para siempre
retazos de flaco tiempo
para eternizar las Fiestas
de este nuestro Alcor visueño.

Venido de un lejano Este,
de la rosa de los vientos,
asoma por la Tablá
un solano traicionero.
Oculta sus intenciones,
esconde su seco acento,
espera oportunidad
para tronchar sueños bellos.
Se mueve por el ferial
con aires de recio viento,
rodea los juncos talles,
acaricia hermosos cuerpos
de jovencitas criadas
en estos Alcores nuestros.
Los trajes, los mantoncillos
sueñan con vestir los cuerpos
de albas mujeres de sal,
nacidas junto al Sequero.
Olas de soñado mar
inundan recinto viejo
cuando los tibios volantes
se mecen sobre el albero.
Vuelan sobre los Alcores
mil piropos y requiebros
de espuma y brisa crecida
entre mágicos revuelos,
miradas de complicidad
y sensuales movimientos
de unos cuerpos de mujeres
diseñados junto al cielo.
Guitarras, palmas y voces,
entre luces y reflejos,
desgranan nuevos cantares,
inventan decires nuevos.
Sevillanas alcoreñas,
preñadas de sentimientos,
quieren echarse a volar
con su sonoro aleteo
dibujando en la Tablá
estampas para el recuerdo.

Los Alcores se despiertan,
juegan a soñar despiertos,
quieren regalarle al Viso
sus mil imposibles sueños,
páginas de eternidad
en libro de claros versos
con una ansiada verdad
gritada a los cuatro vientos:
¡Quién pudiera tener juntas,
con piel de verde romero,
las Cruces de la Tablá
de este nuestro Alcor visueño!