miércoles, 19 de enero de 2011

Versos dedicados a...

AL CIELO

¿Dónde, Cielo, te ubicaron,
si eres verdad y no cuento,
dónde, a ti, te colocaron,
en este vasto universo?

¿Cómo llegar a tus puertas,
cómo ver tus aposentos,
cómo encontrar la manera,
de vivir bajo tu techo?

Cientos, miles de preguntas,
alzan, curiosas, sus vuelos,
buscando claras respuestas,
de ti, nuestro ansiado cielo.

Unos dicen que eres luz,
fulgor, mágico destello,
eterna luminiscencia,
fosforescencia de sueño;
unos dicen que estás cerca,
que, a pesar, de ser inmenso,
ocupa mínimo espacio,
en los mares del misterio;
otros, por el contrario,
dicen que estás lejos, lejos,
que mucho hay que navegar,
para llegar a tus puertos.
Unos piensan que eres gloria,
el más grande de los premios,
otros, niegan tu existencia,
a boca llena, diciendo,
que eres cosa delirada,
el mayor de los inventos.
Unos viven para ti,
buscando paz y consuelo,
una eterna eternidad,
hasta el final de los tiempos;
otros, se apartan de ti,
como incrédulos viajeros,
se conforman con vivir,
un ratito, un momento
y después, ser pura nada,
ausente de todo cielo.
Unos dicen que eres casa
del impar Dios verdadero,
que el gozar de su presencia,
es el auténtico cielo;
otros, a ti, te convierten,
en paraíso de sueño,
y otros muchos, te desdeñan,
como algo fraudulento.

Al final del recorrido,
ninguno estamos contento.
Los límites de la mente,
nos alejan de ti, cielos,
y a toda hora, te buscamos
los creyentes, los del clero,
los ricos, que todo compran,
los sabios, los pregoneros,
los ilustres pensadores,
los amantes del misterio,
los que viven en las nubes,
los que temen al infierno,
los que no sabemos nada
de ti, nuestro ignoto cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario