viernes, 10 de diciembre de 2010

Versos alados

¿PARA QUÉ LAS PRISAS?

Las prisas regalan sendas
a todo el género humano,
sendas de mármol pulido,
sendas de fieros guijarros,
en las fiestas, en los juegos,
en el ocio, en el trabajos,
al prendido en la ignorancia
o al insigne hombre sabio.

Las prisas regalan alas
en este circo mundano,
a los listos, a los tontos,
a los feos, a los guapos,
a los ricos, a los pobres,
a tullidos y lisiados,
alas para correr más,
que el que tenemos al lado,
que el que busca los laureles,
para dormirse un buen rato,
que el amigo o el vecino,
la pareja o el hermano,
alas, para ser primero,
en este limbo barato,
donde el poder y la fama,
antorchas de mojigatos,
hay que beberlos con prisas,
antes que se vuelvan ácidos.

Las prisas regalan todo,
para llegar a la nada,
para alcanzar, sin quererlo,
el cero de la vida humana.
Sólo los que van despacio,
sin prisas, pero sin pausas,
saborearán su tiempo,
sus horas, siempre sagradas,
sus instantes, su presente,
los soplos de la vida humana.

¿Para qué las prisas locas?
¿Por quién tañen las campanas?

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