miércoles, 24 de noviembre de 2010

Versos de romance

CON SABOR A CUENTO

Un canto rompe la noche,
huyen los fríos silencios,
sus notas, áureas doncellas,
despiertan mil sueños bellos,
dormidos en la espesura
de sordos lejanos tiempos.

Cruza los valles, los montes,
una voz de terciopelo,
venida del más allá,
del orillar de los cielos,
voz de timbrado mimbre,
voz de insondable misterio.

La canción susurra notas
de pentagrama ya viejo,
la voz musita esperanzas,
candores, novicios sueños.

La noche, perpleja, escucha,
la luna guarda silencio,
los valles, placidos, oyen,
los montes, con embeleso,
sorben la hermosa canción
que les llega desde el cielo.
Los aires, las aguas claras,
hijas de ricos veneros,
detienen su caminar,
para guardar en sus senos,
aquella dulce canción
de la voz de terciopelo.

Mas, una envidiosa dama,
muerta de envidia y de celos,
quiere romper el hechizo
de aquellos gratos momentos,
Una nube bien grisácea,
ha tejido un manto negro,
para que el celestial canto
no pueda alcanzar el suelo.
No conforme con su hacer,
origina un gran estruendo,
con rayos de rompe y rasga,
con retahílas de truenos,
que consiguen silenciar
la voz y el canto sereno,
venidos del más allá,
del viejo orillar del cielo.

Así se escribe la historia,
de los cantos, de los pueblos,
de los aires, de los hombres,
de los más lejanos cielos.
Así se matan, se ocultan,
los más apreciados sueños,
con ristras de loca envidia,
con sartas de absurdos celos.

(Poema dedicado a los seguidores de nuestro blog, desde SYOSSET)

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