lunes, 18 de octubre de 2010

Versos libres de desencanto

BÚSQUEDA

Como docta criatura,
engreído por una gratuita fortuna evolutiva,
al tiempo, busqué en ignotos caminos,
imposibles saberes
de un más allá, inalcanzable y odioso.

Enmudecieron mis palabras
después de fracasadas e inútiles revoluciones,
y una roña oscura y espesa,
patinó irónicamente, mis infantiles preguntas,
congratulándose
por las obscenas limitaciones de mi frágil mente.

Sentí infinito pesar,
desarrollé, en lo más hondo de mi ser,
un híbrido amasijo de absurdas rabias
y una destructora desesperanza,
aliadas hieráticas,
en mi limitado pensamiento humano.

Los retazos de fe,
jugadores de trampas, de querellas
y de parcas felicidades,
huyeron de mí, despavoridos y amedrentados,
hacia lejanos y oscuros habitáculos
de dolorosas inseguridades.

Inventados espíritus,
humanas luciérnagas fantasmagóricas,
vagantes sobre calesas y corceles
de humo y vapores salvadores,
crecidas adormideras de aletargadores efectos,
en la búsqueda de infernal o celestial meta,
me aturdieron, embotaron, ensordecieron
y derramaron, sobre mi cuerpo, cruel ceguera,
premio a mi estupidez y a mi ignorancia.

Y seguí en una infructuosa búsqueda,
con una serie de iteradas preguntas,
enemigas sordas de toda respuesta
que, en su extremo y sórdido silencio,
roían, con malévolas intenciones,
mi desorientado ser, estar y vivir.

Maldije entonces, los días, las noches,
pasado, presente y futuro,
por lo mucho prometido, por la brevedad de la vida
y por una infinita nada concedida,
por ser cruel parca, transformadora de todo lo vivo
y eficaz verdugo de las esperanzas humanas.

Y cuando el implacable reloj de arena de mi tiempo,
deposite en el fondo de transparente cristal,
el último grano, irreverente suspiro,
dormiré eternamente un indeseado sueño,
disparatado consuelo de los reyes de la creación,
y terminará para siempre, sin recompensa alguna,
mi ingrata, inservible y dolorosa BÚSQUEDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario