EL VIEJO LIBRO OLVIDADO
Tomé el libro entre mis manos,
para sorber sus encantos,
bebí los ocultos néctares,
en sus rellanos, guardados,
sumarios de voz silente,
que actuaron como bálsamos
en mi mente, en mis ojos,
en mi corazón cansado.
La pátina de sus hojas,
el polvo coleccionado,
hiciéronse fina niebla
sobre el sutil decorado,
y un par de furtivas lágrimas,
hijas de un sueño varado,
rodaron por mis mejillas,
danzando un baile olvidado.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario