jueves, 30 de septiembre de 2010

Versos cotidianos

¡SÁLVAME!

Mi Dios, sálvame del “Sálvame”,
de su murga chabacana,
de su cutre contenido,
de tanto cantamañana,
y te prometo, Señor,
rezar todas las mañanas,
para sanar vista y mente
y para proteger mi alma,
de la chusma y de los chismes
del pestilente programa.

Mi Dios, líbrame del “Sálvame”,
de sus constantes falacias,
de sus ramplones enredos,
de sus muchas bufonadas,
carentes de amenidad,
y de mal gusto, sobradas,
y te prometo, Señor,
rezarte cada mañana,
para vivir protegido,
de los tufos del programa,
de sus lerdos contertulios,
reyes de las horteradas.

Mi Dios, sálvanos del “Sálvame”
y de parientes programas,
por sus foscos contenidos,
por el bien de la palabra,
del honor, de la belleza,
del buen gusto y de la gracia,
que en manos de estos tunantes,
se han vuelto grandes piltrafas.

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