domingo, 20 de junio de 2010

Versos para olvidar

LAS LENGUAS DE DESOLLAR

Las lenguas de desollar
afilaron sus aceros
en este rústico rabo
del continente europeo,
la España de nuestros días,
la Hispania de viejos tiempos.

¡Qué grandioso negocio es,
llevar al desolladero
a todo aquel que se viste
con pieles de famoseo!

Los famosos de estos días,
artistas del pataleo,
arreglan sus desfachateces
con retahílas de pleitos.
Y la pausada justicia,
arregladora de entuertos,
desuella tardíamente
a estos ilustres mostrencos.

El público se alimenta
con cuantiosos chismorreos,
los devora, los engulle
como panecillos tiernos.
Las horas de desollar
crecen en nuevos espejos
que fabricaron ayer
el tedio y el aburrimiento.

Las lenguas de desollar,
entre acres babas, crecieron,
en este rústico rabo
del continente europeo,
la España de nuestros días,
la Hispania de locos tiempos.

¿Hasta cuándo han de durar
los turbios desolladeros?

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