jueves, 3 de junio de 2010

Versos para olvidar

EN HORAS BAJAS

Soy como la rana que croa
en el estanque de los silencios,
monótona y petulante,
reina de la aburrida indiferencia,
tediosa concertista.

Y no sé como convertirme en otra cosa,
y no sé dónde comprar un milagro
que me libere de mi aburrimiento,
de mi empalagoso hacer
de grotesca criatura
que se ha perdido en la cruel reiteración.

En el agua verdosa de verde verdina,
dibujo mis pobres poemas,
con mohos de ingenuidades
y pátinas de atrevimientos.
Al aire pestilente de la incultura cotidiana,
lanzo mis menesterosas rimas,
vestidas de candores e idealismos,
manchadas de sumas osadías.
A los mares de aguas marginadas
mando a navegar mis palabras,
ornadas de inventadas llanezas
y locas temeridades.
Y mis tiempos se pierden,
y gastos mis concedidas horas,
y consumo mis millonarios instantes
y, en ello, le pregunto a mi yo:
¿Hacia dónde camino, sumiso y conformista?
¿Qué habrá detrás de esta regalada nada?
Y callo, cuan palurdo aturdido,
y miro, sin ver,
y pienso, sin pensar,
y un mastodóntico cansancio
cae, loza pesada, sobre mi estar,
empequeñeciendo mi existir.

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