martes, 1 de junio de 2010

Versos íntimos

Adela, con unas horas de vida.

A PEPE Y A SU NIETECITA ADELA (En el día en que se tituló de "ABUELO")

Las palabras, sabias damas,
se visten, según su tiempo,
unas veces, de tozudas,
otras, de ligeros vientos,
que mudan sus entretelas,
para ganarse a sus dueños.

¡Cuántas veces escuchamos,
en el patio de lo ajeno,
hermosas viejas palabras,
sin pensar en sus adentros!

Una sencilla palabra,
plena de sones añejos,
se ha convertido en la musa
de estos, mis sentidos versos,
tres sílabas hermanadas,
regalo, bendito premio,
de esos que cuestan muy poco,
de esos que no tienen precio.
Y, en una noche cualquiera,
en el orillar del tiempo,
la sientes de otra manera,
y te sabe a caramelo,
a golosina de infancia,
a suspirito del cielo,
a caricia, a arrumaco,
al más tierno de los besos,
y unas lágrimas furtivas,
cómplices de mil secretos,
se pasean por tus ojos,
disfrutando del momento,
en el que, una frágil flor,
suave, de terciopelo,
te otorga, por prima vez,
la titulación de ABUELO.

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Quizás, en los desvaríos
o en los notorios “chocheos”,
los versos buscan desmadre,
como le ocurre al abuelo
que, por culpa de una nieta,
un angelito del cielo,
Adela Calabuig Núñez,
anda como loco absuelto,
escribiéndole poemas,
poemas de sueño y juego,
poemas de brevedades,
poemas de amor eterno.

2 comentarios:

  1. Como siempre, magnífico,Clemente.
    Mi enhorabuena y abrazo al abuelo.

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  2. Gracias por tu visita, más que apreciado Carlos Javier, y por tus felicitaciones.
    Abrazos y mucha suerte en tu anunciado y nuevo camino.

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