LOS LLANTOS DEL HOMBRE
De niño a mí me dijeron,
que los hombres nunca lloran,
y, desde que peino canas,
lloro yo, por cualquier cosa.
Alegre, en celebraciones,
soy Magdalena llorosa,
las lágrimas de mis ojos
hacen surcos, cuando asoman,
y por mis secas mejillas,
más que resbalar, galopan.
Lloro por pena y dolor,
con lágrimas vivas, rotas,
diga lo que quiera el sabio,
que a mí, ya nada me importa.
Lloro con las alegrías,
con lágrimas juguetonas,
imposibles contener,
¡Ay, que llantinas más tontas!
Lloro de día y de noche,
bien dormido, a cualquier hora,
y mis viejos lacrimales,
mejor funcionan, ahora.
Sí llorar es de mujeres,
¿Qué son los hombres que lloran?
Habrá que olvidar decires,
habrá que cambiar la norma.
Hablemos de teatro: Vudú (3318) Blixen
Hace 3 semanas
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