LOS LLANTOS DEL HOMBRE
De niño a mí me dijeron,
que los hombres nunca lloran,
y, desde que peino canas,
lloro yo, por cualquier cosa.
Alegre, en celebraciones,
soy Magdalena llorosa,
las lágrimas de mis ojos
hacen surcos, cuando asoman,
y por mis secas mejillas,
más que resbalar, galopan.
Lloro por pena y dolor,
con lágrimas vivas, rotas,
diga lo que quiera el sabio,
que a mí, ya nada me importa.
Lloro con las alegrías,
con lágrimas juguetonas,
imposibles contener,
¡Ay, que llantinas más tontas!
Lloro de día y de noche,
bien dormido, a cualquier hora,
y mis viejos lacrimales,
mejor funcionan, ahora.
Sí llorar es de mujeres,
¿Qué son los hombres que lloran?
Habrá que olvidar decires,
habrá que cambiar la norma.
martes, 15 de junio de 2010
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